En un pasado muy remoto, hacia el 2500 a.C., nuestro pueblo junto con el resto de los municipios vecinos de la comarca, participó de la llamada “Cultura del Argar” en la Edad del Bronce, como así lo atestiguan restos  encontrados en una “Cista” (tumba), situada en el lugar o Pago de Yajar.

Durante la época Romana, próximo a nuestro municipio, se encontraba una villa romana, llamada “Vesci”, con grandes exponentes de riqueza y de refinamiento, extendiendo su población suelta a este pueblo de Cájar.

A través de los siglos, Cájar va dando asiento a personas que aprovechaban nuestra vega para su vivir diario; la riqueza del suelo y el clima, favorecieron el desarrollo de la agricultura, y como así cuenta uno de los más grandes historiadores de la época (Ibn-Al-Jatib), en nuestro pueblo se construyó una Alquería, llamada Qüiyar, esta gran casa de campo nazarí, construida para el disfrute de un Noble Árabe (enamorado de esta tierra y de su entorno), junto con la venida de nuevos habitantes y la proliferación de nuevas viviendas, fue el primer núcleo del primitivo CAXAR, cuyo nombre árabe significa: lugar donde se criaba mucha seda, por entonces había en torno a 400 árboles de morera.

Tras la Reconquista del Reino de Granada por los Reyes Católicos, algunas haciendas de Cájar se vendieron a “cristianos viejos”, conviviendo con los “moriscos” que seguían cultivando estas tierras y viviendo en sus casas, ya que no fueron muchos los moriscos que marcharon.

Es el 12 de febrero de 1572 (fecha del Auto de Apeo), cuando se puede considerar que el municipio queda fundado, en él se ordena el deslinde de terrenos y se marcan los límites de su término municipal, tal y como lo conocemos hoy día.

El Cronista “Henríquez de Jorquera” escribía allá por 1600: “lugar de tierras muy valiosas y las que más rinden a su majestad, por lo que sus habitantes están ricos, por sus muchas cosechas de seda, vino y pan”. Tiempo después, fue lugar en el que el lino, el cáñamo y más tarde la patata, seguían confirmando aquellas riquezas de las que hablaba el conocido Cronista.

De esta riqueza, nos queda constancia y es digno de destacar, la presencia de San Juan de Dios en nuestro pueblo, pues se acercaba a Cájar todas las semanas, para recoger de sus agricultores en forma de limosna: trigo, garbanzos, fruta, pollos y gallinas, para su hospital de Granada.