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L’Enova (Valencia) *

16 julio / 11:34 am

Énova ​ es un municipio de la Comunidad Valenciana, España. Perteneciente a la provincia de Valencia, en la comarca de la Ribera Alta

Historia

Los orígenes se remontan a la época romana, como se demuestra por los hallazgos arqueológicos en la zona. De su pasado histórico destacan restos de una antigua cantera romana, dos lápidas escritas en latín que se conservaban en la fachada de la iglesia y que aparecieron cerca del cementerio, y donde existe una Villa romana que data del siglo I a. C. al siglo v descubiertas por los trabajos de la línea férrea de alta velocidad. Esta villa perteneciente a la gens cornelia sería el centro de la explotación económica del lino y del uso de las pedreras que hay en la región. El fundador de la villa estaría relacionado por vínculos familiares con el gobernador de la por entonces denominada Saetabis.​ Esta residencia tuvo un nivel económico importante, puesto que contarían con diversos esclavos, algunos de los cuales manumitieron como la liberta Rhodine a la cual le hicieron una lápida tras su fallecimiento.​ Otra de las herencias de la villa romana son la calzada romana que conectaba las diferentes canteras de la zona.​

Tras el abandono de la villa romana y con la conquista musulmana a principios del siglo viii, toda la zona de la Enova tuvo un momento de crecimiento gracias al establecimiento de una serie de acequias, algo que marcara la actividad económica de la región hasta la actualidad, tras la llegada de Jaume I el Conquistador en 1240-42 en su avance hacia el sur, la zona fue conquistada y colonizada por numerosas familias de las cuales tenemos algunos rastros documentales en el Llibre de Repartiments​ un documento que muestra que la idea del rey aragonés tenía ya planeado hacer una población nueva que serviría de base al actual municipio llamado entonces Enova de los cristianos aunque gran parte de esos primeros habitantes abandonarían al poco el territorio de Enova debido a la falta de raigambre y estabilidad política siendo sustituidos por nuevas tandas de colonos catalanoaragoneses que tenían una mayor tradición agraria, respecto a esta conquista la leyenda dice que fue el propio rey quien trajo a la iglesia la Virgen de Gracia,​ a la cual se dedican las fiestas mayores que se realizan en septiembre. Desde un principio la localidad de Enova estuvo unida a la cercana ciudad de Xativa, ya que desde 1250, muy poco tiempo después de la conquista, Enova al igual que otras poblaciones del entorno sería incluida dentro del territorio que abarcaba el realengo de Xativa. Lo que restaba del siglo xiii y parte del xiv serían tiempos de bonanza, entre otros motivos por la revitalización de las pedreras de la zona por la construcción de iglesias góticas a lo largo y ancho de la comarca de la Ribera Alta., también se puede ver esto en la construcción de nuevas acequias o nuevos molinos.​ Aunque esto se acabaría hacia la mitad del siglo xiv, cuando coincidieron en pocos años un cambio climático que supuso un ligero enfriamiento, y por la Guerra de la Unión, dentro de la cual hubo una gran batalla que se desarrolló en el municipio vecino de La Pobla Llarga, y la primera gran peste, la conocida como Peste negra. Dicho conflicto supuso también una pérdida de derechos para los vecinos de Enova por haber apoyado al bando perdedor.​ Con la llegada del siglo de oro valenciano y coincidiendo con las campañas de Alfonso el Magnanimo en Italia algunos caballeros como Pere Ferrer prosperaron social y económicamente esto hizo que cuando regresaron a sus propiedades, como la propia Sanç quisieron rehabilitar y situarlas a su nuevo estatus, esto hizo que Énova viviera también su propio momento de esplendor arquitectónico, gracias a la construcción de un palacio, el conocido como palacio de los Ferrer, así como un arco renacentista​ aunque también fue un periodo de depresión para el pueblo sobre todo debido a la emigración y las epidemias como la de peste bubónica que aconteció en 1475.

La Edad Moderna fue un periodo convulso para el reino de Valencia, ya que no solo se vivió las germanías si no también la guerra de sucesión que llevó a la pérdida de los fueros que había establecido Jaume I. Por su proximidad con Xàtiva una ciudad que fue protagonista en ambos procesos históricos, la población de Énova no estuvo aislada de esos acontecimientos sino que participó de ambos conflictos, no solo mandando voluntarios y acogiendo después de la destrucción de Xativa a numerosos refugiados​ si no también siendo saqueada en ambos conflictos, en las germanías por musulmanes de la vecina Sanç aunque estos sobre todo se centraron en la destrucción y saqueo de imágenes de la iglesia​ aunque una vez llegó la noticia a la Germanía de Xativa hubo una fuerte respuesta con bautizos forzosos, saqueos y humillaciones contra la población musulmana del entorno del llano de Enova siendo la principal perjudicada la localidad de Sanç cuya población era mayoritariamente morisca, y por tropas francesas durante el conflicto sucesorio, aunque sería la iglesia del pueblo la más afectada por dicho ataque el resto de la localidad no se libraría del ataque y saqueo. Pero no solo eso sería lo que marcaria el desarrollo histórico de la localidad de Enova, hay otro hecho que fue sumamente influyente, la expulsión de los moriscos a principios del siglo xvii por orden del rey Felipe III ya que una gran parte del llano de Enova estaba habitada por moriscos, esto supuso un golpe importante para la región a todos los niveles, empezando por el descenso demográfico, y la crisis agrícola por la falta de mano de obra. En el caso de Enova la pérdida poblacional no fue tanto por los moriscos expulsados si no por la emigración de los vecinos más pobres ante ofertas de tierras y casas expropiadas y/o abandonados lo que les prometía una mejor condición de vida que la que tenían en su pueblo natal.​ El municipio no solo se vería afectado por dichos conflictos si no también por crisis sanitarias como la de la gran epidemia de peste bubónica que se desarrolló entre 1647 y 1648, no sería la única puesto que en 1756 habría una plaga casi bíblica de langostas y un terremoto en 1748. Sería a finales del siglo xviii cuando el famoso botánico Cavanilles visito el pueblo, denunciando en su obra las malas condiciones higiénicas y la miseria económica de los habitantes debido a los cultivos de arroz y el agua estancada que se necesita para este producto.

En cuanto a la etapa contemporánea, y a pesar de su anexión con la vecina localidad de Sans, Énova ha sido un municipio que no ha contado con un gran desarrollo económico, lo cual llevó a la inmigración a diversos de sus habitantes a principios del siglo xx perdiendo así una parte importante de la mano de obra y de la población más joven​, destaca también la construcción del ferrocarril lo que aumenta las comunicaciones tanto con los municipios del entorno como con la capital de la provincia. Al inicio del siglo xix y en pleno conflicto con Francia tras la invasión de España, Enova volvió a estar en el centro del asunto formando junto a otros municipios de la zona una guerrilla aunque la región acabaría siendo conquistada igualmente pero seguiría formando parte de los esfuerzos bélicos reuniendo aportaciones para el mantenimiento del ejército antinapoleonico​. No sería el único momento en el que vecinos enovenses toman las armas para defender sus ideales, años más tarde durante el trienio liberal se presentarían para luchar contra los cien mil hijos de San Luis en forma de milicia local, el resultado sería también negativo, aunque no solo se situarían del lado liberal, también habría fuerzas realistas y/o absolutistas en Enova que resurgirían tras el retorno al absolutismo en 1823​. En lo que resta de siglo xix Enova se vería afectada por los diversos cambios de gobierno y de constitución sobre todo en lo referente a cuantos vecinos tenían derecho a votar, aunque el mayor cambio llegaría en 1869 con la anexión de Sanç al municipio de Enova algo que llevaba mucho tiempo en la mente de la gente de ambos pueblos.

Billete emitido por el consejo municipal de Enova durante la contienda civil 1936-1939
Énova también se vio inmersa en la contienda civil que tuvo lugar tras el levantamiento militar del 18 de julio de 1936, ya que durante la década de los años 1930 había habido una fuerte actividad de diferentes asociaciones izquierdistas, tanto de sindicatos como de partidos políticos, siendo también receptora de numerosos refugiados que huían del avance del ejército franquista. El desarrollo del conflicto bélico en Énova no difiere mucho de la de otros puntos del territorio valenciano, bien pronto se organizó un comité antifascista que en el 37 se reconvertiría en el consejo municipal, un espacio en el que estarían representadas las diferentes fuerzas políticas, que podría ser equiparable al gobierno municipal pues varios de los miembros, entre ellos el propio alcalde la conformaban, principalmente las acciones realizadas por el comité antifascista y por los milicianos locales se pueden englobar en dos cuestiones, por un lado una serie de ataques iconoclastas unido a expropiaciones de centros y edificios religiosos como el intento de convertir la iglesia en un casino socialista,​ por otro lado hubo una intensa campaña de expropiación y colectivización de tierras de algunos vecinos, aunque también de propiedades privadas o así se indica en el expediente de la causa general relativo al propio pueblo de Enova; aunque algunas de esas colectivizaciones se debió a las necesidades surgidas de la guerra y el acogimiento de refugiados, sobre todo de Badajoz y Córdoba​, fruto de esas necesidades fue la emisión de vales hechos por el consejo municipal ante la falta de circulación de moneda oficial. Padeció también los bombardeos de la aviación fascista italiana en la estación ferroviaria que se comparte con Manuel y también de los que hubo en la cercana ciudad de Játiva. El resultado de todo esto es que al poco de acabar el conflicto diversos vecinos fueron detenidos y encarcelados por su participación política bien en la segunda república bien en la propia guerra civil siendo acusados del delito de auxilio a la rebelión, ya que aquellos que habían permanecido fieles al gobierno legitimo de la república fueron considerados criminales por ello,​ aunque la mayoría de ellos acabarían obteniendo la libertad condicional y regresando a su pueblo natal, tal y como indican los archivos municipales.

Fue también en Énova donde apareció la variedad de naranjas «salustianas» en el huerto propiedad de Salustiano a finales de los años 40.

Fira Terra Iuniana III

En la etapa democrática surgida de la transición española, cabe destacar la creación o permanencia de diversas asociaciones culturales y deportivas, además de la reivindicación de la protección de los restos materiales asociados a la villa romana que estuvieron en peligro por la construcción de las vías de alta velocidad que unían Madrid con Valencia, y la reivindicación de ese pasado romano a través de iniciativas como la de Terra Iuniana, una feria en la que se recrean diversas actividades cotidianas que realizarían esos antepasados lejanos.

Patrimonio

  • Iglesia Parroquial. Iglesia principal de Enova, fue una vez mezquita reconvertida en tiempos de Jaume I cuando este según cuenta la leyenda, depósito la virgen a la que esta consagrada la iglesia: la Virgen de Gracia. En ella se encuentra una imagen de la Virgen de mármol policromado.
  • Capilla de la Aurora. Situada en la calle mayor en el n.º 24, con un pequeño patio en su entrada alberga la imagen en el interior.
  • Ermita de San José. Edificada sobre una antigua mezquita y una iglesia a finales del siglo xix y restaurada en 1987.
  • Ermita del calvario. Ermita iniciada en el siglo xix aunque no fue terminada, de planta en cruz latina se sitúa sobre una loma, a la que se accede a través de un camino zigzagueante que forma un vía crucis con casalicios de piedra labrada que marcan las estaciones flanqueados por cipreses, desde su emplazamiento se disfruta de una excelente vista de la localidad y parte de la comarca.
  • Asilo de San José. Institución religiosa creada a raíz del testamento benéfico de una vecina del pueblo que dio pie a un asilo de ancianos y a una escuela religiosa. Esta proyectado su uso por parte del consistorio como museo etnológico.
  • Palacio de los Ferrer. Edificio tardogotico o flamigero, propiedad de la familia Ferrer, caballeros al servicio de Alfonso el Magnanimo y señores del barrio de Sanz (Énova), que por aquel entonces era un municipio independiente.
  • Villa Cornelius. Villa romana propiedad de la gens Cornelia durante los siglo i a.c-v a.c. Era el centro neurálgico de la industria del lino y la cantereria de la zona.
  • Casa comuna de la Acequia de Énova. Edificio de origen decimonónico que acogió la antigua institución foral que unía a los regantes de la acequia de Énova. Su uso a inicios del siglo xxi es como archivo de la acequia de Énova.

Detalles

Fecha:
16 julio 2024
Hora:
11:34 am

Local

L’Enova (Valencia) *
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