06 al 08 de Octubre 2023 Mercado visigodo en Torredonjimeno, Jaen

Abiertas las inscripciones para participar en el próximo mercado visigodo que se va a celebrar en Plaza de la Constitución, plaza San Pedro, c./ Virgen de las Angustias, plaza de Cobos. de la localidad jienense de Torredonjimeno .

MERCADO VISIGODO EN TORREDONJIMENO – (JAEN)

Mercado visigodo en Torredonjimeno, Jaen 2023

EVENTO: MERCADO VISIGODO
FECHA: 6, 7 y 8 de octubre  2023
LOCALIDAD Y PROVINCIA : TORREDONJIMENO, JAEN/ Torredonjimeno es una ciudad y municipio español situado al suroeste de la provincia de Jaén, a 17 km de la capital provincial y tradicionalmente encuadrado en la comarca de la Campiña de Jaén, aunque actualmente pertenece a la Comarca Metropolitana de Jaén. En el año 2021 contaba con una población empadronada de 13.545 habitantes.
UBICACIÓN: Plaza de la Constitución, plaza San Pedro, c./ Virgen de las Angustias, plaza de Cobos.
PRECIO: GRATUITO PARA ARTESANÍA:
  • Artesania: Gratuito
  • Gastronomía: 40€
  • Restauración: Consultar
RESERVA para participar en el mercado visigodo :
Tendrá que rellenar  formulario
MONTAJE: Viernes día 6 entre las 9:00 y las 13:30
INAUGURACIÓN: Viernes día 6 a las 18:00 horas
DURANTE EL MERCADO VISIGODO SE HABILITARÁ :
 PUNTOS DE LUZ Y AGUA
CONCIERTOS
PASACALLES
MUSICOS –
EXPOSICIONES
TALLERES
ESPECTACULO AEREOS
VIGILANCIA
NOCTURNA
PUBLICIDAD
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PARA RESERVAR TU PARTICIPACION EN EL Mercado visigodo debes ENTRAR EN SOLICITUD y rellenarla (https://www.leyendaviva.es/artesanias ) Y PARA MÁS INFORMACIÓN: Entrar en la sección de noticias de nuestra página web: Leyendaviva.es
El organizado de este Mercado visigodo es la empresa LEYENDA VIVA

Los visigodos

Los visigodos fueron una rama de los pueblos godos, que a su vez pertenecen a los pueblos germánicos orientales, llamados pueblos bárbaros, y que vivieron dentro del Imperio romano durante la antigüedad tardía.

Los visigodos eran una minoría gobernante sobre la población hispanorromana, separados de ella fundamentalmente por sus creencias religiosas, ya que eran cristianos arrianos, mientras que la población local era cristiana romana. La conversión del rey Recaredo I posibilitó la convivencia de ambos pueblos, y el reino consolidó su poder con el apoyo de la Iglesia.

Los visigodos no dominaron por completo la península ibérica hasta finales del siglo vii. Los alanos, un pueblo de origen iranio, los vándalos y los suevos ocupaban grandes territorios en Hispania. Los dos primeros, con preeminencia de los vándalos, se trasladaron a África, donde crearon un Estado poderoso con centro en Cartago.

Vestuario visigodo

Cada vez son más comunes la ferias y eventos medievales que se celebran en nuestro país y en muchas de ellas se anima a vestir disfraces medievales. Pero, ¿cómo se vestían los visigodos?¿qué prendas utilizaban? ¿Son las recreaciones actuales fieles a lo que realmente se vestía en época visigoda? Hagamos un recorrido por lo que sabemos acerca de la vestimenta visigoda.

Hasta fines del siglo XIV, el traje medieval europeo más típico fue la túnica, en diferentes formatos, una derivación de la túnica, la toga y el manto romanos a los que se unieron elementos propios de la indumentaria de los pueblos germánicos y características de la vestimenta bizantina y, en el caso particular de la Península Ibérica, de la indumentaria musulmana.

La túnica es un vestido holgado, de corte sencillo, muy uniforme e impersonal, que se llevaba directamente sobre el cuerpo o bien sobre otra túnica. Además es prácticamente igual para ambos sexos y para cualquier edad, siendo el único rasgo diferencial que el largo de las prendas era más acentuado en las túnicas de las mujeres. Como materias primas se utilizaban principalmente la lana, el lino o el cáñamo y, por la influencia musulmana, se añadieron tejidos nuevos elaborados con la seda o el algodón.

La llegada de los pueblos germánicos tras la caída del Imperio Romano no va a suponer un cambio abrupto en el modo de vestir de los hispanorromanos.  La vestimenta de esta época es en general una continuación del modo de vestir romano aunque según las Etimologías de San Isidoro y algunos restos arqueológicos, se puede añadir que los pueblos germánicos introdujeron las calzas así como elementos de adorno que eran portados sobre todo por hombres guerreros y de la nobleza.

Hombres y mujeres utilizaban ropa interior, calzones o bragas, prendas que envolvían los muslos, de lana o lino, pudiendo llevarse debajo otros interiores, de lienzo. Como calzado unos zapatos, los pedules, generalmente a modo de botines  abrochados con cuerdas o cintas.

La vestimenta visigoda masculina
Como hemos dicho el sayo o la túnica era la prenda más utilizada y existían varios modelos. La más común era la túnica con mangas, ya utilizada en el Imperio Romano al menos desde el siglo III. Otro modelo también de origen romano era la túnica talar que llegaba hasta los talones, muy extendida desde el siglo IV a partir del Imperio Bizantino; y las decoradas con listas o franjas verticales (clavi).

Isidoro de Sevilla menciona: la túnica pectoralis, una túnica corta mencionada por San Isidoro que era más utilizada en el siglo VII que en la antigüedad; la túnica escarlata o coccina, teñida de color rojo; y la túnica armilausa, que no parece de tradición romana era partida y abierta por delante y por detrás. Aparece en algunos relieves visigodos como el sacrificio de Isaac en un capitel de San Pedro de la Nave.

Sobre la túnica llevaban un cíngulum o cinturón con gruesa hebilla, de las cuales se han encontrado numerosos ejemplos en las necrópolis excavadas. Otros adornos eran los broches de cinturón circulares, hebillas con placas muy ornamentadas, fíbulas para sostener la túnica, una a cada lado, de tipo pinza u otras a modo de alfiler o imperdible. Muchas se elaboran en oro, plata o bronce y con incrustaciones de pedrería, esmalte y repujado.

Sobre la túnica, como prenda de abrigo, se llevaban varios tipos de manto. Uno era redondo y se llevaba recogido en el brazo izquierdo. Otro modelo, llamado chlamys o clámide era corto y semicircular y se anudaba sobre el hombro. Otro tipo, citado por San Isidoro, era el mantum hispani, que cubría solo hasta las manos y que al menos perduró hasta el siglo X. También se usaba el pallium o manto rectangular, que se llevaba con un imperdible o una pinza.

Las calzas eran unas prendas para las piernas que llegaban hasta la cintura. Fueron introducidas en la península Ibérica por los pueblos germánicos. San Isidoro habla de bracae, femoralia y trubucos. Las dos primeras son piezas cortas, siendo algo más largas las femoralia, que cubren también los muslos. Los trubucos eran una especie de pantalones, que podían estar atados en los tobillos.

En cuanto al peinado, el pelo largo fue el más usado por los hombres. En varios relieves visigodos aparecen individuos con melena rematada en bucle a la altura de las orejas.

La vestimenta visigoda femenina
Ya hemos comentado que apenas había diferencia en cuanto a las túnicas. Para las mujeres nobles había vestidos magníficos y lujosos de tradición romana: el regillum; el peplum, manto de las matronas bordado en púrpura; la palla; la estola. Un caso curioso es el manto llamado amiculum, propio de las meretrices romanas, aunque en la Hispania del siglo VII constituía un distintivo de honestidad. De procedencia oriental son el theristrum y el sindon o anaboladium, un manto realizado en lino que protegía los hombros de las mujeres

Las mujeres casadas llevaban un tocado que se conocía como capitulare y, entre las solteras, lo habitual fue el pelo suelto, costumbre que perduró durante casi toda la Edad Media, apareciendo en la documentación la expresión “manceba en cabello” para referirse a la mujer soltera.

Aunque algo posterior, en esta miniatura del Antifonario visigótico de León se puede ver algunos de las indumentarias aquí descritas. San Cipriano vestido con túnica de color de minio, manto azul, larga estola amarilla y tocado puntiagudo de obispo, que ofrece la cabeza a un sayón descalzo, con calzón bombacho, ropa corta ceñida a la cintura y una pequeña clámide colgando. Con la mano derecha señala a la víctima y en la izquierda blande una larga espada.

Torredonjimeno

Torredonjimeno se encuentra situado al oeste de la capital, a unos 17 kilómetros, comunicado con la autovía. La ciudad ofrece un amplio término lleno de rincones, monumentos y parajes que culmina en un casco urbano lleno de atractivos.

Algunos de ellos son: el castillo, la parroquia mayor de San Pedro, el templo de Santa María o el convento de Ntra. Sra. de la Piedad, ermitas y el centro de interpretación del tesoro visigodo de Torredonjimeno, junto a una exposición permanente de más de 350 fósiles de los 5 continentes y de las cuatro eras geológicas.

En sus calles podrán gozar del servicio de restaurantes y bares en los que degustar nuestra gastronomía. Cabe destacar también nuestras fiestas, como el Carnaval, La Semana Santa (declarada de interés turístico nacional), Cruces de Mayo, Feria Mayor de San Pedro, Fiestas patronales de Septiembre, Mercado visigodo; sin duda son fechas para señalar en cualquier calendario turístico.

El término municipal de Torredonjimeno está situado en el sector occidental de la Provincia de Jaén, al oeste de dicha ciudad a unos 17 km de distancia.

Los límites con otros municipios son: Al Norte con Escañuela, Arjona, Villadompardo y Porcuna, al Sur con Martos, Jamilena y Santiago de Calatrava, al Este con Torredelcampo y al Oeste con la comarca de Higuera de Calatrava.

El municipio está ubicado en la Campiña Sur, posee una superficie de 159,38 km cuadrados. La extensión del casco urbano, emplazado a 594 metros de altitud, es de 2,368 km cuadrados, lo cual equivale al 1,4843% de la superficie total del término. El perímetro del casco urbano es de 12,261 km.

Un poco de historia resumida…

La ubicación geográfica estratégica de Torredonjimeno, en una región de tierras fértiles y en un cruce de caminos entre Jaén y la campiña cordobesa, ha permitido la presencia continua de comunidades humanas a lo largo de la historia.

Los yacimientos arqueológicos en la zona abarcan desde el Paleolítico hasta la actualidad, incluyendo poblados ibéricos, villas romanas y restos de distintas épocas. Destacan lugares como la Torre de Vénzala, Fuencubierta, el Alcázar y el Castillo.

La ciudad tuvo su origen en un poblado ibérico llamado Tosiria y luego se convirtió en una colonia romana llamada Augusta Gémina, junto a Martos.

Durante la época de los pueblos bárbaros, la información es escasa, pero se sabe que la zona continuó habitada. En el siglo VII, se encontró un tesoro visigodo que indicaba presencia humana.

La etapa hispano-musulmana dejó restos de épocas almohades y nazaritas, evidenciando su función como enclave de control.

En 1224, pasó a formar parte de la corona castellana, siendo otorgada a la Orden Militar de Calatrava. Esto definió su rol fronterizo y la construcción de atalayas como la Torre de Fuencubierta y el Alcázar.

La ciudad fue nombrada Torredonjimeno debido a su fortaleza (Torre) y su primer alcaide (Don Ximeno de Raya). Su crecimiento incluyó la edificación de una ermita en acción de gracias por una victoria.

En 1558, la princesa Juana de Austria concedió la independencia a la villa, rompiendo su dependencia de Martos. Durante el siglo XVI, hubo prosperidad, pero el XVII sufrió malas cosechas, epidemias y declive.

En el siglo XVIII, se recuperó económicamente y se construyó el Ayuntamiento. Las Ordenanzas Municipales de 1773 reflejaron la influencia de la sociedad ilustrada.

Tras la Guerra de la Independencia y otros desafíos, se estableció una feria anual en 1854. En 1905, se crearon sociedades obreras, y en 1911, la localidad obtuvo el título de ciudad.

En 2005, la Junta de Andalucía declaró a Torredonjimeno Bien de Interés Cultural como Conjunto Histórico, en reconocimiento a su rica historia y valores urbanísticos.

Mercado visigodo en Torredonjimeno, Jaen 2023

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